Cuando Tomás regresó de Zurich a Praga, le invadió una sensación de malestar al pensar que su encuentro con Teresa había sido producido por seis casualidades improbables.
¿Pero un acontecimiento no es tanto más significativo y privilegiado cuantas más casualidades
sean necesarias para producirlo?
Sólo la casualidad puede aparecer ante nosotros como un mensaje.
Sólo la casualidad nos habla
No es la necesidad, sino la casualidad, la que está llena de encantos. Si el amor debe ser inolvidable, las casualidades deben volar hacia él desde el primer momento, como los pájaros hacia los hombros de San Francisco de Asís.
EXTRACTO DE "LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SER".