martes, 16 de octubre de 2007

PHOENIX


Hoy el sol ha vuelto a salir y la tormenta de ayer parece que cesó. La noche es buena consejera, me deja poner los pensamientos en su sitio. Los he medio ordenado y he aprendido cosas.

Soy como el ave Fénix... cuando el sentimiento y la emoción toman las riendas en mi vida, todo se inflama y las llamas no me dejan pensar, ver, oír. Luego y tras el incendio de mi propio ser, renazco de entre las cenizas con las energías renovadas. Soy mi propio tratamiento, mi propia medicina. Me sorprende a veces de donde saco las fuerzas para batir mis quemadas alas y remontar el vuelo. Me sorprendo de como este corazón, tan maltratado, puede seguir latiendo y multiplica su palpitar a pesar de las heridas y cicatrices que lo marcan. Me sorprende como las mariposas que habitan en mi estómago pueden acariciar de nuevo suavemente sus paredes con alas de seda, si ayer eran afiladas cuchillas que me hacían sangrar de desesperación.

Tengo una gran amiga, que un día tuvo el coraje de parirme, y los pocos amigos que tengo, a veces, parece que me hayan parido también. Me conocen, saben como soy y la intensidad con la que siento. Soy un privilegiado por tenerlos ahí, por no necesitar decir nada para que, en los malos momentos, simplemente estén ahí.

La playa estaba tan bonita hoy... era como una postal de ensueño. La brisa era fresca, pero no daba frío. El mar estaba como yo, tranquilo y sosegado, tras varios días de oleaje y movimientos.

Es tan bonito el mar... Me gusta compararlo a la vida y a los estados de animo. Me relaja y me alecciona.

El sol brillaba con una luz especial. Tal vez fuera por haber ordenado el mobiliario de mi cabeza, quizá las ventanas de mi mente necesitaban que se descorrieran las cortinas y dejaran pasar la luz sin tamiz. Pura, brillante.

Estaba tan tranquilo como el mar, cuando volví esta tarde a casa. Estaba tan claro y lleno de luz como el sol que reposaba suavemente sus rayos en la orilla, haciendo de la espuma de las tenues olas un brocado exquisito.

Mi mente hoy se relajó, para tener todo mas o menos en orden y estar listo para ver mejor con los otros ojos, con los mios, con los que no engañan y me enfrentan, desnudo de prejuicios y vanalidades a mi autentica identidad.

TIEMPO


El tiempo está claro que es una creación de la mente humana... no nos engañemos, no existe!. Pero mientras nos damos cuenta, o no, la mente necesita de esta creación virtual para poder sustentar el gran holograma de su propia existencia.
La vida se nos pasa de minuto en minuto, de día en día, de año en año. Cuando este engaño no es suficiente, entonces se apagan las luces y el cañón del proyector de cine toma el lugar. Como en una gran pantalla de cine se nos proyectan los recuerdos. Recuerdos de un tiempo pasado. ¿Recuerdos? ¿Seguro que son recuerdos ?. Si dejáramos por un momento de pensar que el tiempo es real, que no lo es, ¿Qué serían entonces los recuerdos? Presentes, simplemente presentes que permanecen en una dimensión paralela y que se repite incesantemente hasta la eternidad. Este momento no acaba nunca, permanece, y soy yo el que cuando acabe de escribir todo esto pasaré a estar en otra dimensión y abandonaré esta en la que me encuentro ahora mismo.
Pensemos por un momento que el tiempo no existe, que no es real... cada experiencia de vida esta ahí, viva, latente y en total vigencia. Ya experimentada por nosotros, sólo nos sirve como bagaje de nuestra propia existencia y como tal la cargamos a nuestras espaldas y seguimos el camino de dimensión a dimensión con la certeza de que nuestra poderosísima mente lo disfrazará todo de tiempo pretérito para aliviar nuestras conciencias en lo malo y endulzar nuestros sentimientos en lo bueno.
Somos como frágiles recipientes de cerámica que vamos acumulando vida, y vida tras vida nuestro cuenco se llena de sabiduría experimentada con el único fin de que en algún momento este se termine por romper y toda esa vida se una a la inmensidad del no retorno. El gran holograma de la mente caerá y todo el truco saldrá a la luz de una vez por todas, pero en esta ocasión, ya no habrá vuelta atrás. Nuestro ir y venir por tantas y tantas vidas habrá cesado, nos daremos cuenta que todo era un engaño con el único fin de caminar, experimentar y vivir, para de una vez por todas ser uno con el universo, energía divina y ya, entonces, no volver jamas, para no desvelar el gran truco de la mente, el gran truco de la vida, que es en definitiva VIVIR.

2010 LAS ULTIMAS Y ALGUNA MAS