lunes, 21 de noviembre de 2011

¿POR QUÉ? PORQUE




Dándole vueltas y en esta manía mía de analizar las situaciones para aprender de ellas, por desgracia, me he vuelto un experto en la materia.

Todo ser humano utiliza las herramientas que necesite para conseguir sus objetivos, lo cual es muy loable. El problema surge cuando el objetivo no es tan "sano" y por tanto, se corrompen esas herramientas. Todos desarrollamos desde nuestro nacimiento el arma de destrucción más grande que existe: la mentira. Y le damos la forma que deseamos para que se torne en la llave que nos ayude a conseguir nuestros objetivos.

Por eso, el cáncer es de raíz. Si el objetivo es destructivo, el camino, las formas y las herramientas también lo son. Entre las muchas cosas que nunca he dejado crecer o generarse en mi está la imposibilidad de tener objetivos inalcanzables, destructivos o irreales. Con eso, me siento tranquilo y sé que nunca hay un mal fondo en lo que hago. Pero a su vez, en 46 años que voy a cumplir, me he quedado sin la capacidad de generar llaves malignas, destructivas que me permitan entender o captar que alguien las esté usando. Me enfrento a la vida de blanco, tanto que brilla y se ve. Suena bonito, y es un estado que yo mismo me he cultivado, pero para quienes son especialistas en eso del "engaño" y la "mentira", soy un objetivo claro, sencillo y fácil de controlar.

Conozco artistas de renombre, que antes de un concierto anti-droga, estaban metiéndose "unas filas". Pero ese concierto les convenía por el nombre que les daba. He visto a maridos engañando a sus parejas con terceras personas y, de seguido, verles besando y jurando amor eterno a quienes sin saberlo, estaban siendo mal pagadas. Dolor antes el que, por no ceder en su camino, prefería perder a quien se dejaba la vida por él. Asco ante quienes, por dinero, generan guerras con la mentira como bandera.

Y otra vez me he vuelto a encontrar con ella, con la mentira. Estaba vez empaquetada en varios motivos y razonamientos, en una personalidad completamente falsa y lejos de cualquier parecido con la realidad. Me ha hecho pensar, por qué, si yo no soy nadie, cual puede ser el objetivo. Estoy seguro de haber encontrado la respuesta. Lo que yo puedo ofrecer para que alguien sea capaz de engañarme y conseguir su objetivo. Nunca pensé en ello, ahora me he dado cuenta. Porque yo sería incapaz.

La cosa no ha quedado ahí, el objetivo sigue. Y a falta de la puerta directa, se utiliza la alternativa, siguiendo con el arma de la mentira que parece que es la única que se sabe utilizar.

Por suerte, yo cuento con otra, que es la verdad. Sigo creyendo que es mejor, mayor y a todas luces, la que debo usar. Es la que tengo en mi mano, la que uso y la que se convierte en llave para alcanzar mi propio objetivo: ser buena gente. Me alegro de ver, que así es y que ninguna mentira podrá derrotarme.

Acudiendo al sabio refranero: "Arrieros somos, y en el camino nos encontraremos", añadiendo "y cada uno en su sitio".

Tengo nuevos objetivos en mi vida. A ellos voy, otra vez de blanco.

2010 LAS ULTIMAS Y ALGUNA MAS