martes, 20 de enero de 2009

POSITIVO... SIEMPRE



Muchas veces hemos sentido que la vida no vale la pena vivirla.

Una vez escuché en la radio a una mujer que decía: “No quiero tener hijos, porque sólo se viene a este mundo a sufrir. Y quiero ahorrarles ese sufrimiento”. Pero… ¿Realmente la vida es así? O nosotros la hacemos así. Lo que realmente te hace sufrir, no es la vida en sí… son tus expectativas respecto a como "debería" ser el mundo o como "debería" actuar esa persona.

Por ejemplo, cuando te enfadas con tu pareja porque no llegó a tiempo, o no expresa su amor como a ti te gustaría que lo hiciera. Lo que te hace sufrir no es tu pareja… son tus pensamientos y emociones con respecto a como "debería" actuar de acuerdo a la idea de compañero/a que tienes.

Si sufres porque la vida es cruel… es porque tienes un concepto equivocado de lo que realmente es.

¿Crees que en la vida todo debería ser felicidad? Imagina un bosque..."debería" ser un mar de flores, riachuelos de aguas limpias, animalillos correteando felices, un sol radiante y una suave y fina lluvia. Pero cuando vas a uno ¡Oh sorpresa!... También hay insectos, bichos, maleza, barro… y la lluvia "¡es un diluvio!"...

Imagina el sufrimiento y la frustración porque lo encontraste así. Además diciéndote: “No vale la pena estar en un bosque, vaya cagada: lluvia, bichos... ¡que horror!”...

¿No tiene sentido verdad? En el fondo sabes que un bosque es así y no como tú pensabas que era. Lo que puedes hacer, es estar alerta contra los bichos y cubrirte para que la lluvia no te moje, disfrutar de las flores que veas y... ¿Por que no? de los animalillos. Simplemente aceptas a la naturaleza tal y como es y no te lamentas. Te adaptas a ella.

En la vida, es igual. Cuando la vemos, a la vida, como un paquete completo, en el que hay amor, muerte, momentos imborrables y fracasos dolorosos, la aceptas como es.

A partir de esa aceptación, puedes adaptarte a ella.


“Un guerrero acepta su suerte, sea cual sea, y la acepta con total humildad. Se acepta a sí mismo con humildad, tal como es; no como base para lamentarse, sino como un desafío vital”.


(Juan Carlos Castaneda)


Tus circunstancias en la vida acéptalas como son, y pregúntate: “¿Qué puedo hacer al respecto?” Te sorprenderá como a mí lo sencillo que es solucionar un problema, una vez que dejes de pensar en él y te enfoques en resolverlo.

Generalmente, las mejores oportunidades de nuestra vida, vienen disfrazadas en forma de problemas. No importa cuales sean estos. Siempre existe una solución... y si no, como dijo el sabio: " Si tu problema no tiene solución ¿Para qué te preocupas? y... si tu problema tiene solución, entonces ¿Por qué preocuparse?...

Adaptemonos a la vida y vivamos, que de momento sólo es una y demasido breve...

lunes, 19 de enero de 2009

APRENDER


De todo se puede aprender; Yo, que creí saber tanto respecto a relaciones amorosas, últimamente, sin querer y sin darme cuenta, observando mis experiencias, mis aciertos y sobre todo, mis errores, he visto que en materia de amor, aún me falta mucho por aprender, por entender, por cambiar, por corregir, por aceptar, por mejorar...

Debo APRENDER que no debo poner toda la motivación de mi vida en una persona.

Debo ENTENDER que no se debe rogar amor y que una relación de pareja no es para vivir angustiado.

Debo ACEPTAR que en el amor, como en cualquier otra cosa de la vida, existen los tropiezos, las caídas, los dolores y que el miedo lo único que hace es dificultar más las cosas.

Debo APRENDER que no es bueno sobrevalorar, endiosar, ni idealizar a nadie. Porque todos somos humanos, y no debo esperar de mi pareja más de lo que puedo esperar de un ser humano o de mi mismo.

Debo APRENDER que es bueno ser como soy, siempre y cuando eso no implique faltar al respeto a quien esté conmigo.

Debo ACEPTAR que en algunas ocasiones es necesario pasar por un gran dolor para conocer una gran felicidad, ya que a veces el suelo del fondo es la mejor base para dar un gran salto.

Debo tener presente que el sentir algo hoy, no implica que lo sienta mañana, y así como me permito disfrutar, también debo permitirme llorar, puesto que el dolor también es parte de la vida, al igual que lo es el placer.

Debo ENTENDER que la comodidad que me brinda la rutina es falsa, porque la vida está en constante cambio, por eso es necesario aprender a tolerar la inseguridad natural que se maneja en la vida cotidiana y formar parte de ese movimiento de la vida.

Debo ACEPTAR que los planes pueden desaparecer o cambiar en un instante, porque el futuro se mueve como quiere y no como a mí me de la gana. Si éste puedo hacer algunas cosas sobre el futuro, debo estar agradecido y no lamentarme por lo que no pude hacer.

Debo MEJORAR mi autoestima... Para no ser tan sensible al abandono. Para no herir mi ego con tanta frecuencia. Para no terminar creyendo que no me quieren por feo o por tonto. Para poder aceptar que simplemente lo que funcionó, funcionó el tiempo que tuvo que funcionar. Para no arrastrarme poniéndome de alfombra a los pies de nadie.

Debo ACEPTAR que a quien le agrado hoy, no es seguro que le agrade mañana. Y eso no tiene por qué ofenderme si lo acepto. Si acepto que a veces las personas no pueden dar más de lo que dan.

ACEPTAR que quien esté conmigo tiene derecho a no estarlo.

Debo ACEPTAR que quien amo, tiene derecho a tomar sus propias decisiones, aunque a mi no me satisfagan.

Debo RECORDAR que a veces, lo bueno se obtiene esperando y que presionando, se arruina. Por eso es necesario tener paciencia, esperar tranquilamente y recordar, que la impaciencia es producto de un impulso emocional que tal vez pronto pasará. Que la impaciencia puede asfixiar a quien está a mi lado. Que tomar una decisión mientras se está impaciente es peligroso, porque se pierde toda objetividad. Además, cultivando la paciencia, no se ve como un sufrimiento el tiempo de la espera.

Debo APRENDER a no ser posesivo. El que alguien se vaya no es perder una pertenencia. Mi pareja no es "mía" y aunque "ser dueño" de alguien brinde más seguridad que verlo libre, debo entender que eso es una ilusión. Aunque crea que es mía, no lo es, por lo tanto... No puedo decidir sobre la vida de quien esté a mi lado. No puedo esperar que haga sólo lo que yo desee. No puedo controlarle, manipularle, adueñarme, ni controlar su destino. No puedo reclamarle a la vida porque un día me quite lo que un día me prestó.

PERO SOBRE TODO, DEBO APRENDER QUE NUNCA DEJARÉ DE APRENDER, y que mientras continúo aprendiendo, debo permitirme VIVIR y SENTIR.

Y ahora, recuperado de los dolores que sufrí gracias a que ni siquiera había aprendido que había mucho que aprender, lo único que me queda es, tomar un gran suspiro y decirme a mí mismo: "Me quiero...Te quiero" y seguir caminando, paseando, aprendiendo.

miércoles, 14 de enero de 2009

LAS ETAPAS DE LA VIDA




Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.


¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los por qués, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.

Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente.

El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú. Suelta el resentimiento. El prender "tu televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte mentalmente, envenenarte, y amargarte.

La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.

Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.

Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.

Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.

Hay muchas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!
Paulo Coelho
Novelista Brasilero

martes, 13 de enero de 2009

REFLEXION


No culpes a nadie, nunca te quejes de nada ni de nadie, porque fundamentalmente tú eres el responsable de tu vida.
Acepta la responsabilidad de hacerte a ti mismo y el valor de acusarte en el fracaso para volver a empezar otra vez, corrigiéndote.
Nuca te quejes del ambiente ó de quienes te rodean, hay quienes en tu mismo ambiente supieron vencer.
Las circunstancias son buenas o malas según la voluntad o la fortaleza de tu corazón.
Aprende a convertir toda situación difícil en una arma para luchar contra la adversidad.
No te quejes de tu pobreza, de tu soledad o de tu suerte, enfrentate con valor y acepta que de una u otra manera son el resultado de tus actos, y la prueba que has de ganar.
No te amargues por tu propio fracaso, ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño.
Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar, y que ninguno es tan terrible como para claudicar.
Deja ya de engañarte, eres la causa de ti mismo, de tu necesidad, de tu dolor, de tu fracaso.
No olvides nunca, que la causa de tu presente es tu pasado, como la causa de tu futuro es tu presente.
Aprende de los fuertes, de los valientes, de los audaces, imita a los enérgicos, a los vencedores, a quienes no aceptan situaciones, a quienes vencieron a pesar de todo.
Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo y tus problemas, sin alimento, morirán.
Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande, que es el más grande de los obstáculos.
Mírate en el espejo de ti mismo.
Comienza a ser sincero contigo mismo, reconociéndote por tu valor, por tu voluntad y por tu debilidad para justificarte.
Recuerda que dentro de ti hay una fuerza que todo puede hacerlo; reconociéndote a ti mismo más libre y más fuerte, dejarás de ser un títere de las circunstancias, porque tu mismo eres tu destino.
Levántate mira por las mañanas, y respira la luz del amanecer.
Tú eres parte de la fuerza de la vida.
Ahora despierta, camina, lucha.
Decídete de una vez y triunfarás en la vida.
¡Nunca pienses en la suerte, porque la suerte, es el pretexto de los fracasados!

2010 LAS ULTIMAS Y ALGUNA MAS