Muchas veces hemos sentido que la vida no vale la pena vivirla.
Una vez escuché en la radio a una mujer que decía: “No quiero tener hijos, porque sólo se viene a este mundo a sufrir. Y quiero ahorrarles ese sufrimiento”. Pero… ¿Realmente la vida es así? O nosotros la hacemos así. Lo que realmente te hace sufrir, no es la vida en sí… son tus expectativas respecto a como "debería" ser el mundo o como "debería" actuar esa persona.
Por ejemplo, cuando te enfadas con tu pareja porque no llegó a tiempo, o no expresa su amor como a ti te gustaría que lo hiciera. Lo que te hace sufrir no es tu pareja… son tus pensamientos y emociones con respecto a como "debería" actuar de acuerdo a la idea de compañero/a que tienes.
Si sufres porque la vida es cruel… es porque tienes un concepto equivocado de lo que realmente es.
¿Crees que en la vida todo debería ser felicidad? Imagina un bosque..."debería" ser un mar de flores, riachuelos de aguas limpias, animalillos correteando felices, un sol radiante y una suave y fina lluvia. Pero cuando vas a uno ¡Oh sorpresa!... También hay insectos, bichos, maleza, barro… y la lluvia "¡es un diluvio!"...
Imagina el sufrimiento y la frustración porque lo encontraste así. Además diciéndote: “No vale la pena estar en un bosque, vaya cagada: lluvia, bichos... ¡que horror!”...
¿No tiene sentido verdad? En el fondo sabes que un bosque es así y no como tú pensabas que era. Lo que puedes hacer, es estar alerta contra los bichos y cubrirte para que la lluvia no te moje, disfrutar de las flores que veas y... ¿Por que no? de los animalillos. Simplemente aceptas a la naturaleza tal y como es y no te lamentas. Te adaptas a ella.
En la vida, es igual. Cuando la vemos, a la vida, como un paquete completo, en el que hay amor, muerte, momentos imborrables y fracasos dolorosos, la aceptas como es.
A partir de esa aceptación, puedes adaptarte a ella.
“Un guerrero acepta su suerte, sea cual sea, y la acepta con total humildad. Se acepta a sí mismo con humildad, tal como es; no como base para lamentarse, sino como un desafío vital”.
(Juan Carlos Castaneda)
Tus circunstancias en la vida acéptalas como son, y pregúntate: “¿Qué puedo hacer al respecto?” Te sorprenderá como a mí lo sencillo que es solucionar un problema, una vez que dejes de pensar en él y te enfoques en resolverlo.
Generalmente, las mejores oportunidades de nuestra vida, vienen disfrazadas en forma de problemas. No importa cuales sean estos. Siempre existe una solución... y si no, como dijo el sabio: " Si tu problema no tiene solución ¿Para qué te preocupas? y... si tu problema tiene solución, entonces ¿Por qué preocuparse?...
Adaptemonos a la vida y vivamos, que de momento sólo es una y demasido breve...