Aquí estoy de nuevo... Vaya montón de tiempo rascándome las ganas de escribir y sin hacerlo. Lo interesante ahora es empezar a levantar las losas del tiempo transcurrido y rescatar todas las cosas que quise escribir y no lo hice.... en fin, todo es ponerse delante del teclado y abrir la ventana de la mente, la memoria y el sentimiento, dejando que, como ya dije en otra ocasión, las manos y los dedos jugueteen con las teclas hasta que la mente se disipe dando paso al corazón, que tantas ganas tiene de parir lo que durante esta ausencia ha estado gestando pacientemente.
Poco tiempo, mucho, ¿Cual es la medida? No lo se y tampoco es algo que me torture, lo cierto es que en esta ausencia no he estado ivernando. Sólo he estado viviendo y paseando por la vida. Quizá me detuviera en algún escaparate, quizá me senté en algún banco de algún parque a ver el agua brotar en sus fuentes, pero si de algo estoy seguro es, que sigo paseando por la vida y me gusta.
He vuelto a la radio, aunque tal vez nunca me fui del todo, para mi una ventana donde respirar aire fresco cada mañana y que se cerrará el día en que perciba nuevamente vientos de polución, que me agobien y me hagan toser. Hay que ver lo diferente que se ve el mundo desde esa atalaya.... la gente te cuenta, te habla, y si la escuchas ves que creen en ti. Probablemente no se dan cuenta de que eres tan humano como ellos, que tal vez tengas, incluso, mas carencias de las que te cuentan que tienen. En cualquier caso es toda una experiencia que revivo con renovadas fuerzas y que me da nuevos horizontes en la rutina del día a día, noche a noche.
En cuanto a los temas de sentimientos,¡uff!, sigo en el vagón de la montaña rusa. En el primer vagón, que es el que da mas vértigo, de modo que unas veces subo, con la lentitud y el sosiego propio de la escalada, y en otras ocasiones temo quedarme calvo por lo fuerte que da el viento contra mi cocorota en la bajada pensando si el estómago aguantará en su sitio o saldrá disparado por la boca. Pero esto es tema para otra entrada.... Hoy solamente quería entrar, por primera vez en mucho tiempo, a este blog que cada vez es menos mio y mas de quien lo quiera leer, para decir : Aquí estoy... estoy... bien gracias.
Poco tiempo, mucho, ¿Cual es la medida? No lo se y tampoco es algo que me torture, lo cierto es que en esta ausencia no he estado ivernando. Sólo he estado viviendo y paseando por la vida. Quizá me detuviera en algún escaparate, quizá me senté en algún banco de algún parque a ver el agua brotar en sus fuentes, pero si de algo estoy seguro es, que sigo paseando por la vida y me gusta.
He vuelto a la radio, aunque tal vez nunca me fui del todo, para mi una ventana donde respirar aire fresco cada mañana y que se cerrará el día en que perciba nuevamente vientos de polución, que me agobien y me hagan toser. Hay que ver lo diferente que se ve el mundo desde esa atalaya.... la gente te cuenta, te habla, y si la escuchas ves que creen en ti. Probablemente no se dan cuenta de que eres tan humano como ellos, que tal vez tengas, incluso, mas carencias de las que te cuentan que tienen. En cualquier caso es toda una experiencia que revivo con renovadas fuerzas y que me da nuevos horizontes en la rutina del día a día, noche a noche.
En cuanto a los temas de sentimientos,¡uff!, sigo en el vagón de la montaña rusa. En el primer vagón, que es el que da mas vértigo, de modo que unas veces subo, con la lentitud y el sosiego propio de la escalada, y en otras ocasiones temo quedarme calvo por lo fuerte que da el viento contra mi cocorota en la bajada pensando si el estómago aguantará en su sitio o saldrá disparado por la boca. Pero esto es tema para otra entrada.... Hoy solamente quería entrar, por primera vez en mucho tiempo, a este blog que cada vez es menos mio y mas de quien lo quiera leer, para decir : Aquí estoy... estoy... bien gracias.
1 comentario:
Buenas, bien también. También paseando algo por la vida, solo que en este momento buscando la salida a la odiosa gripe de verano. Ya sé que dicen que dura siete días sin medicina y una semana con ella, en fin...
Hoy he escuchado por primera vez el programa de radio, bastante entretenido e interesante de no ser porque la conexión de mi ordenador se traba cada dos por tres y pierdo un poco el hilo del tema. La música me parece adecuada, sin nombrar lo agradecidos que se encuentran mis oídos al sentirse lejos de la invasión psicológica que es el reggaton. Aunque es cierto que cada vez menos, o al menos eso pienso yo...
Sin dar más vueltas, como en esa montaña rusa que nombras, está bien eso del desapego temporal a lo rutinario, al igual que está bien por su parte la rutina. También existe en otros momentos la sensación de ir embarcado sobre río rumbo hacia una catarata que se divisa ni cerca como para escandalizarse, ni lejos como para olvidarla. La incertidumbre de no saber lo que espera tras la caída. Dicen que solo pegamos el gran salto tras tocar fondo. Pues yo no espero ni dejo de esperar. Solo me gustaría pensar que el barco, infundido por las corrientes del río, se impulse hacia donde tenga que hacerlo, sin miedo al dolor del posible batacazo y con la fe de sacarle partido a lo vivido. Hasta en el desierto más seco hay manera de sobrevivir, solo es necesario buscar una salida y dejar de quejarse si hace calor de día o si es demasiado el viento por la noche. En diferencia a las montañas rusas, en las que tenemos que llevar ese cinturón de seguridad que de una manera u otra nos obliga a permanecer guiados por el impulso de la máquina convirtiéndonos en meros expectadores. ¿Cuál de estás situaciones sería más propicia?¿Hace el escenario al hombre o es al revés?¿Pesa más la duda o la razón?
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